viernes, octubre 10, 2008

La noche eterna

La noche eterna


Hoy mi mente no reacciona. Pasé una noche de insomnio implacable. Una sombra (presentimiento o espíritu sin descanso) se suspendió sobre mí y me envolvió en su abrazo helado.
No sé quién o qué es. Lo único que sé es que fue lo primero que vi cuando desperté de mi muerte. Y sé que alguna vez tuve una vida en la que ella no existía.
Desde entonces me ronda, vive en mis pensamientos, me obliga a encontrarla y desaparece como si no fuera humana. Es la sombra que pasa junto a mí cuando no pienso en ella, es el beso de hielo que me arranca de mi sueño y la voz que susurra en la oscuridad de mi mente.
Nunca entendí bien cuál es la línea que separa los dos mundos. Ahora supongo que entre los vivos existen miles de almas perdidas y que más de uno arrastra fantasmas inimaginables. Creo, también, en una especie de destino al que estamos atados con cadenas más allá del tiempo mortal y aunque cambiemos de condición. Al menos es la mejor explicación.
Mi teoría es bastante simple y bastante insatisfactoria pero me ayuda a controlar mi desesperación. La realidad es que no sé quién soy, ni dónde estoy, ni mucho menos por qué. No recuerdo absolutamente nada anterior al momento en que me desperté en el sótano de esta casa abandonada que desde entonces es mi refugio.
Al principio me sentí perdido. Pensé que todo era una pesadilla, que tarde o temprano tendría que despertarme. No me pareció importante llevar la cuenta del tiempo. Fue mucho después (cuando me obligué a aceptar que estaba despierto) que empecé a preocuparme por eso. Desde entonces han pasado catorce días. Los llamo días porque no encuentro una palabra mejor. Para mí la noche no tiene fin. No sé si mientras duermo sale el sol. No lo creo.
La voz en mi mente me llama Maximiliano. Supongo que alguna vez fue mi nombre.
Todavía tengo la esperanza de encontrar respuestas.


Día 16

Ella me observa. Está detrás de mí leyendo cada una de las palabras que escribo. La concibo como una mujer pero no estoy seguro de que lo sea.
Me nombra. Siento que su voz llena toda la casa aunque sé que sólo yo la escucho.
Me ayudaría saber qué quiere de mí, si es mi demonio personal o sólo un alma en busca de venganza.
Pienso en mí mismo, en lo que soy en este mundo, en la claridad de mi conciencia y entonces no le encuentro sentido a la explicación de esta existencia como un castigo. Si lo fuera, mi pecho debería albergar un resto de crueldad o de culpa.


Medianoche. Salgo por primera vez de la casa. El exterior es como lo imaginé. Frío, oscuro, silencioso. Sé que estoy solo y lo compruebo. Camino en círculos por miedo a perderme. Es ridículo. No puedo estar más perdido.
El viento arremolina las hojas a mis pies y mis pasos son lo único audible en las sombras.
Me pregunto qué clase de lugar es éste. Si tiene algún límite, creo que es inútil tratar de encontrarlo. No tiene nada que ver con el mundo en el que alguna vez viví.
La voz al fin se silencia y vuelvo a la casa sabiendo que no voy a encontrar respuestas en la nada que la rodea.
Quiero descansar y me tiendo en el piso de piedra. Es extraño pero el frío no importa. Está ahí pero, a la vez, es parte de mí y no me desagrada.
¿Cómo explicarlo? Algo esencial cambió aunque no puedo definirlo. La tibieza es como la memoria. Ya no me son necesarias.


Día 17

Vuelve a despertarme. Ahora es más que un sonido. Es una vibración que estremece mi carne y me ahoga. Me quema por dentro y ni siquiera pienso en luchar contra ella.
¿Qué busca? ¿Qué odio tan profundo la guía a hacer de esta tortura su único propósito?
No sé si su poder es limitado o su plan es desaparecer cuando ya no soporto el dolor, pero al fin me abandona. Entonces ya no tengo fuerzas para nada, ni siquiera para rogar que al fin me deje descansar en paz.


Día 18

Sé que todo es distinto aún antes de despertarme. Algo tibio y palpitante me envuelve y, cuando abro los ojos, la luz del sol me deslumbra.
-Maxi...
Es la voz de mis sueños. Pero esa voz ahora tiene un cuerpo y sus brazos me rodean.
Incapaz de reaccionar, sólo la miro. Ella también permanece inmóvil. Parece esperar algo pero no comprendo qué.
De pronto, una puerta se abre y él se acerca. Puedo ver su miedo. Grita un nombre y la separa de mí.
Los escucho hablar y sé que podría entenderlos. Pero, por alguna razón, no me importa saber qué dicen.
Estoy aturdido. El agotamiento me impide pensar y, cuando me dejan solo, el sueño me vence.


Es de noche. Veo en la penumbra que la puerta está entreabierta y, nuevamente, puedo escuchar sus voces.
Sólo susurran.
-No podemos saber qué está pensando, si es que piensa algo.
-No te entiendo, Federico. ¿Por qué dudás? Es Maxi y está con nosotros de nuevo.
Ella está al borde de la histeria. Siento su temblor en el aire.
-Darlene…
-¿Qué? Estabas de acuerdo conmigo. Él nos necesita, no podemos dejarlo ahora.
-No. Pero todo lo que pasó… Ni siquiera sabemos cómo puede haberlo cambiado. Tal vez ya no sea la persona que conocimos.
-Pero lo vi. Vi sus ojos. Él me reconoció. Es Maxi y sabe quién soy.
Claro. Federico y Darlene. Él fue mi hermano. Y ella, la mujer que alguna vez amé.


Día 19

El espejo me devuelve un reflejo que he visto mil veces y que, a la vez, desconozco.
Darlene me observa desde un rincón y susurra mi nombre casi con miedo.
Miro su fría belleza nórdica y sé que alguna vez lo fue todo para mí. Pero hay algo indescriptible en este cuerpo, en esta alma. “Es Maxi”. Recuerdo la pasión que había en esas palabras cuando trataba de convencer a Federico. Pero sé que hay algo nuevo conmigo. Algo que es parte de mí y sin embargo tiene independencia.
Veo la ansiedad en su expresión. Sé que quisiera correr a abrazarme y pienso que debería decir algo pero las palabras no se forman.
-Maxi, lo lamento tanto…
Las lágrimas brillan en sus ojos pero soy incapaz de conmoverme.
-Fue mi culpa. No podía dejarte ir así, ¿lo entendés? No tenía que terminar así.
Sí, lo sé. Pero no estoy seguro de que tenga razón.
Se acerca y siento sus manos rozándome. Mi frialdad la estremece pero se niega a aceptar que algo haya cambiado.
-Vas a estar bien…
Pero, ¿a quién se lo promete? ¿A mí o a ella misma?


La voz de Federico me despierta. Está desesperado. Ella trata de calmarlo pero es inútil.
-Necesita tiempo. Debe estar tan confundido… Vos mismo lo dijiste, no sabemos por qué ha pasado. Necesita tiempo para recuperarse.
-No, Darlene. Estás ciega. ¿No te das cuenta? Lo que trajimos no es él. La muerte lo cambió. No es Maxi. Es algo… monstruoso.
Ella lo niega. Escucho su llanto.
-Por favor, Federico.
-No. Eso no es mi hermano. No sé cómo pude escucharte, cómo pude ayudarte en esta locura.
-No te vayas ahora.
-No puedo quedarme. Fue un error. Debimos dejarlo descansar en paz. Nadie puede vencer a la muerte.
Sus ruegos son inútiles. Un momento después estamos solos.


Día 20

La escucho moverse en la casa. Retrasa el momento de entrar en mi cuarto. Sabe que lo que va a encontrar no es lo que espera.
El día es lluvioso y triste. A Maxi le parecería triste. Pero él es parte de otra existencia que recuerdo sólo como un sueño confuso.
Espero el instante en que la veré aparecer por la puerta y, cuando ocurre, no me sorprende. Del mismo modo en que no me sorprende el amor que veo en su mirada.
Es irónico que haya creído ayudarme arrancándome de los brazos de la muerte y trayéndome de regreso a este mundo al que ya no pertenezco. Ni siquiera puede imaginar mi dolor.
Se sienta junto a mí en la cama y sonríe cuando mis manos la acarician, sin saber que obedecen una voluntad que no es la mía.
No piensa en luchar cuando las siente apretar su cuello. No se opone aunque sabe que la vida la abandona. Cree que debe dar algo a cambio de lo que tomó y ese sacrificio no le pesa.
Un momento después duerme entre mis brazos.
Está muerta. Tan muerta como yo. La paz que me robó ahora le pertenece y yo nunca podré recuperarla.

2 comentarios:

Pancho Ramirez dijo...

si si YO el dueño de la humildad y modestia..el ganador de gran hermano 7004 y de talento plutoniano..las voz una mezcla de julio sosa y pablito ruiz..el ADONIS el GENIO inventor de la regadera plastica y la tabla periodica de los elementos MIMOSA ..el besucon serial ..el perfecto SER en pocas palabras el condenado a cadena perpetua en tu corazon..a quien esperabas por quien lloraste pues bien aqui estoy EL GRAN MONOTRIBUTO guapa

Carla dijo...

Escribes de una manera muy especial capas de infiltrarte en la historia imaginado todo aquello que pasa ... tus descripciones son sorprendentes están llenas de sentimientos y claridad debe de ser triste encontrarse en aquellas situaciones como lo describes . Para mí lo más duro es la soledad , sabiendo que ya nadie estará junto a ti , sentirse abandonado , encontrarte atrapado dentro de una habitación oscura a la que ya las puertas y salidas parecen imposibles de alcanzar.


No he podido todavía leer mucho de tu rincón , espero poder disfrutar de mas relatos como los que escribes ,
Sigue así!

Besos gélidos